LAVATORIO DE PIES

CAPÍTULO 13

El lavatorio de los pies

13:1 Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin.
13:2 Durante la Cena, cuando el demonio ya había inspirado a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarlo, 
13:3 sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y que él había venido de Dios y volvía a Dios, 
13:4 se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura. 
13:5 Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura.
13:6 Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: "¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?"
13:7 Jesús le respondió: "No puedes comprender ahora lo que estoy haciendo, pero después lo comprenderás". 
13:8 "No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me lavarás los pies a mí!". Jesús le respondió: "Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte". 
13:9 "Entonces, Señor, le dijo Simón Pedro, ¡no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza!"
13:10 Jesús le dijo: "El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está completamente limpio. Ustedes también están limpios, aunque no todos".
13:11 Él sabía quién lo iba a entregar, y por eso había dicho: "No todos ustedes están limpios".
13:12 Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: "¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? 
13:13 Ustedes me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy. 
13:14 Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. 
13:15 Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes.
13:16 Les aseguro
que el servidor no es más grande que su señor,
ni el enviado más grande que el que lo envía.
13:17 Ustedes serán felices si, sabiendo estas cosas, las practican.

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